En representación de las familias campesinas del país, la Asociación Nacional para el Fomento de la Agricultura Ecológica (ANAFAE), está instando a las autoridades del Servicio de Administración de Rentas (SAR) a eliminar los obstáculos que limitan la formalización del sector agrícola.
Durante años, los agricultores hondureños han enfrentado desafíos significativos para llevar al mercado el fruto de su labor, destacando como barrera la exigencia de facturación con Clave de Autorización de Impresión (CAI) del SAR.
Por la falta de acceso a internet y correo electrónico, como por la ausencia de oficinas locales del SAR en todo el país, el cumplimiento de este trámite dificulta la formalización de empresas campesinas. Esto implica que el sector rural se vea orillado a la informalidad.
Con tan solo 16 oficinas del SAR a nivel nacional para atender a los 298 municipios del país, los procedimientos complejos, los costos de traslado y la obligación de disponer de abogados y contadores para abordar los trámites exigidos por el SAR, vulneran el derecho de los pequeños productores a generar ingresos, limitando la comercialización de sus productos, lo que contribuye al aumento de la pobreza.
En respuesta a esta situación, ANAFAE aboga para que el SAR cree Unidades de Desarrollo Municipal o una ventanilla única en todas las alcaldías del país, como una alternativa a la falta de presencia nacional del SAR.
Esta medida beneficiará a los productores locales, a la vez que abre oportunidades de mercado actualmente inaccesibles, garantizando la inclusión fiscal.
“No es posible que el SAR exija una serie de requisitos para integrar la economía formal, pero no brinde las condiciones mínimas viables para el sector campesino. Esto genera barreras de entrada al sistema fiscal. Por eso exigimos que el SAR cree un mecanismo que permita estar inserto en cada alcaldía y así fomente la formalización de las pequeñas empresas. No pedimos prebendas, sino que condiciones para que los campesinos sean un catalizador del desarrollo económico local”, expresa Octavio Sánchez, Coordinador Nacional de ANAFAE.
La exigencia también se enfoca en la necesidad de una segmentación efectiva en la formalización de negocios, reconociendo las particularidades de las microempresas y emprendimientos rurales. “Los pequeños productores son tratados como las grandes empresas, quienes claramente tienen las condiciones para cumplir con las obligaciones fiscales establecidas, dejando a los campesinos en desventaja y sin acceso a los mismos beneficios”, comenta Sánchez.
“Nuestro objetivo no es evadir las obligaciones fiscales, sino crear las condiciones necesarias para la inclusión en la economía formal, respetando la realidad económica y social de los campesinos y emprendedores rurales”, concluye el representante de ANAFAE.
A través de la campaña de comunicación “Raíces de prosperidad”, ANAFAE hace el llamado a las instituciones estatales y municipales para crear las condiciones necesarias para formalizar al sector campesino, eliminando las barreras que limitan las oportunidades para ser formales dentro de la economía.