Israel e Irán se acusaron mutuamente este domingo en la ONU de ser la principal amenaza para la paz en Oriente Medio, al instar cada uno al Consejo de Seguridad a imponer sanciones contra su enemigo jurado.
“La máscara cayó. Irán, principal apoyo mundial del terrorismo, expuso su verdadera cara como desestabilizador de la región y el mundo”, dijo el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, en la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad convocada tras el ataque sin precedentes con drones y misiles de Teherán contra Israel el sábado.
Se trató del primer ataque directo de Irán contra Israel, incluyendo más de 300 misiles y drones. Doce personas resultaron heridas, según el gobierno israelí.
Erdan también instó al Consejo a “actuar” y exigió que “se impongan todas las sanciones posibles a Irán antes de que sea demasiado tarde”.
En particular, se refirió al mecanismo de “retroceso” que permite a los miembros del acuerdo nuclear iraní de 2015, que Estados Unidos abandonó en 2018, reimponer sanciones internacionales contra Teherán, retiradas a cambio de su compromiso de no llevar a cabo actividades nucleares con fines militares.
“Tenemos una responsabilidad colectiva en tanto que miembros del Consejo de Seguridad de que Irán respete las resoluciones del Consejo y cesar sus violaciones de la Carta” de la ONU, subrayó de su lado el embajador adjunto estadounidense, Robert Wood.
Irán, por su parte, justificó su ataque, bautizado “Promesa honesta”. El embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, argumentó que Irán “no tuvo otra opción que ejercer su derecho a la autodefensa”.
Irán dijo que su ataque se produjo en respuesta a una mortal ofensiva aérea el 1 de abril contra el consulado de Teherán en Damasco, la capital siria, atribuido a Israel.
Dicho ataque mató a siete miembros de la Guardia Revolucionaria, incluidos dos altos oficiales, y provocó amenazas de retaliación por parte de Irán. Teherán acusó a Israel de ese hecho, que ni lo confirmó ni lo negó.
“El Consejo de Seguridad falló en su deber” al no condenar el ataque del 1 de abril, recalcó el embajador iraní al afirmar que Irán no quería una escalada pero respondería a “cualquier amenaza o agresión”.
El Consejo “debe tomar medidas punitivas urgentes para obligar a este régimen a detener el genocidio contra el pueblo de Gaza”, agregó el diplomático iraní.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió sobre una posible profundización del conflicto en Oriente Medio.
“Ni la región ni el mundo pueden permitirse más guerras”, clamó Guterres. “Oriente Medio está al borde del abismo”, dijo al Consejo de Seguridad.
“Los pueblos de la región se enfrentan a un peligro real de conflicto generalizado y devastador. Este es un momento para la desescalada y la distensión. Es el momento de mostrar la máxima moderación”, insistió a las partes.
Guterres volvió a pedir un “alto el fuego inmediato” en Gaza y la liberación de los rehenes tomados por Hamás durante su ataque contra Israel del 7 de octubre.
El ataque iraní se produjo más de seis meses después del inicio de la ofensiva liderada por Israel en la Franja de Gaza contra el grupo palestino Hamás, apoyado por Irán.