NUEVA YORK. – Los tentáculos del narcotráfico han estado presentes en todas las esferas del Gobierno de Honduras: la policía nacional, el cuerpo militar, políticos, jueces, fiscales, alcaldes “entre otros” e incluso en las presidencias de Porfirio Lobo y su predecesor Juan Orlando Hernández, según ha trascendido en el juicio en Nueva York contra Hernández (2014-2022).
Durante este proceso judicial la Fiscalía ha sentado en la silla de los testigos a varios narcotraficantes que cumplen sentencia en EE.UU. como Alexander Ardón y el exlíder del poderoso cartel de Los Cachiros, Devis Rivera Madariaga, que continua mañana, así como al colombiano y exconvicto Luis Pérez (nuevo nombre, a quien los medios han identificado como Alexander Monroy Murillo), entre otros.
Todos han asegurado haber entregado sobornos a la campaña de JOH, -quien es juzgado en esta ciudad por tres cargos relacionados con el narcotráfico- a cambio de que les diera protección para continuar con el tráfico de cocaína y no ser deportados.
Rivera Madariaga dijo haber enviado en 2013 un soborno por 250.000 dólares con un empleado suyo, que identificó como Fernando, a Tegucigalpa, que presuntamente fue entregado a Hilda Hernández, hermana del entonces aspirante a la presidencia de Honduras.
Aunque Juan Orlando Hernández, que entonces era presidente del Congreso, no estaba en se momento, su hermana aseguró que ese era “un hombre de palabra” y que cumpliría con lo prometido, de acuerdo con el testimonio.
“¿Fue Juan Orlando uno de los políticos que sobornó?”, preguntó la Fiscalía en las primeras etapas del interrogatorio, lo que el testigo confirmó e insistió desde la silla de los testigos.
Asimismo, confirmó que usó dinero del narcotráfico a cambio de protección para que Los Cachiros continúen operando, para que sus líderes (Devis) y su hermano Javier para no fueran extraditados y para contratos del Gobierno para su empresa, Inrimar, en la que blanqueaban dinero de las drogas.
Rivera Madariaga, vestido con su mono naranja de prisionero y que cumple cadena perpetua, aseguró además que Juan Orlando Hernández asistió en 2013 a una fiesta de cumpleaños de Moncho Lobo (hijo de Porfirio Lobo), a la que acudieron varios narcotraficantes. Devis no acudió, pero sí su hermano Javier Rivera, quien le hizo una videollamada.
Aseguró que Juan Orlando también estuvo en la fiesta y pidió apoyo para su campaña a cambio de brindarles protección. “Javier me llamó desde la fiesta. Hablamos durante 20 o 30 minutos. Dijo que Juan Orlando Hernández estaba allí”, indicó a preguntas de la Fiscalía Rivera Madariaga, quien admitió haber asesinado a 78 personas y haber participado en torturas.
En esa videollamada, afirmó, pudo ver a Juan Orlando Hernández, quien era abrazado por el narcotraficante Neftalí Duarte Mejía, quien ahora cumple cadena perpetua en EE.UU., así como a otros traficantes.
En horas de la mañana, el exconvicto Luis Pérez terminó su testimonio en su segundo día en el juicio en la corte federal para el distrito sur en Manhattan, y allí detalló que haber aportado 2,4 millones de dólares a la campaña presidencial de Juan Orlando Hernández en 2013.
Un millón fue entregado a través de Tony Hernández, hermano del expresidente, y que está preso en EE. UU, también por narcotráfico.
La defensa de Hernández, que entrevistará mañana a Rivera Madariaga, ha reiterado que ninguno de los testigos ni la Fiscalía ha presentado evidencia de correos, grabaciones, videos para sostener sus acusaciones en contra del exmandatario hondureño y asegura que los testigos mienten y que se trata de venganza contra el político porque fueron extraditados bajo su presidencia. Está previsto que este juicio concluya la próxima semana. La Fiscalía dijo que aún le restaban entre 7 a 10 testigos, tres de los cuales son cooperantes y se presume que uno de ellos es Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, que también cumple sentencia por narcotráfico y que ha salido a relucir en los testimonios.