Es el ‘Dry Napoli’, una temporada en blanco para un equipo que sobrevoló el campeonato italiano la pasada temporada y embriagó a sus seguidores con un tercer ‘Scudetto’ luego de 33 años de sequía, pero que desde agosto acumula decepciones y al que ya solo le queda la Champions para salvar el curso, con el Barcelona como rival en octavos de final.
Antes de que cierre la primera vuelta de la Serie A el domingo contra el Torino (14h00 GMT), a los tifosi del Nápoles les entra vértigo cuando miran la clasificación del campeonato.
El Nápoles ocupa la 8ª plaza, con 28 puntos… ¡a 17 del líder Inter! A estas alturas de temporada, el curso pasado, el equipo del sur de Italia sumaba ya 47 unidades, nueve más que su primer perseguidor, el AC Milan.
Entre las estadísticas calamitosas del Nápoles versión 2023-2024, una llama especialmente la atención: el último campeón de Italia ha disputado esta temporada 13 partidos en su estadio y solo ha ganado cuatro, con seis derrotas y tres empates.
Durante semanas, muchos creyeron haber identificado al responsable de este desastre: con un plantel casi idéntico al del curso pasado, sólo el central surcoreano Kim Min-jae se marchó al Bayern Múnich, todas las miradas apuntaban al entrenador francés Rudi Garcia, quien, según sus numerosos detractores, que criticaban abiertamente sus decisiones tácticas, había transformado un equipo irresistible bajo la dirección de Luciano Spalletti en una escuadra sin ideas.
– De mal en peor con Mazzarri –
Sin embargo, su sucesor Walter Mazzarri, nombrado a mediados de noviembre para una segunda etapa en el club (ya lo había entrenado de 2009 a 2013), presenta un balance incluso peor.
Bajo su dirección, el Nápoles es cierto que se clasificó para los octavos de final de la Liga de Campeones, donde se entrenará al Barcelona, pero ha bajado de la 4ª a la 8ª plaza del campeonato, con solo 7 puntos sumados de 18 posibles, y fue humillado en su debut copero por el Frosinone (4-0).
No obstante, el omnipresente presidente-propietario del club Aurelio De Laurentiis ha encontrado otro responsable es esta calamitosa temporada: él mismo…
Es en todo caso lo que comentó en una conferencia de prensa convocada sobre la marcha tras el empate frente al Monza (0-0) en el último partido del año.
“Todo lo que está pasando hasta el presente, es responsabilidad únicamente mía. No es la culpa ni de los jugadores ni de los entrenadores y yo asumo toda la responsabilidad”, insistió el productor cinematográfico, quien no había dudado hasta ese momento de presentar a Rudi Garcia como un error de ‘casting’ al que debería haber despedido el mismo día de su presentación.
– 80 millones de euros de beneficios –
“Tengo que pedir disculpas a los napolitanos y a nuestros tifosi, pero el campeonato es aún largo, vamos a activarnos durante el mercato para tratar de recuperar el tiempo perdido”, prometió antes de anunciar una de sus misteriosas conferencias de prensa a finales de enero para “explicar mi verdad” sobre la situación de la entidad.
A la espera de ese momento, el Nápoles va a quedarse además sin su goleador nigeriano Victor Osimhen, quien tras renovar su contrato a finales de diciembre hasta 2026 se marchará para disputar la Copa de África de Naciones (del 13 de enero al 11 de enero).
Otro golpe duro para un equipo que también ha perdido por un mes a su portero titular Alex Meret, lesionado en el muslo.
Pero no todo son malas noticias para la entidad: en 2022-2023, el Nápoles cerró el ejercicio con 80 millones de beneficios, algo que contrasta con las pérdidas de los dos grandes, Inter y Juve (85 y 123 millones de euros, respectivamente) en el mismo periodo.
Estos resultados económicos, sin embargo, provocan aún más desconfianza de los tifosi en De Laurentiis, a quien reprochan su inactividad en el mercado de fichajes y cada vez más son los detractores que piden la marcha del dueño del club.