La Corte Suprema de Rusia prohibió las actividades del “movimiento internacional LGTB” por “extremista”, abriendo la vía a una represión mayor de esa comunidad y de los defensores de sus derechos.
Esta decisión llega en pleno giro ultraconservador del país, que se posiciona ahora como abanderado de los valores “tradicionales” frente al presunto liberalismo de los países occidentales.
Esta política, que toma como blanco a las personas LGTB, se aceleró desde el inicio de la ofensiva del ejército ruso en Ucrania, en febrero de 2022.
Desde entonces también se acentuó la represión contra cualquier crítica al gobierno del presidente Vladimir Putin.
El juez de la máxima jurisdicción del país, Oleg Nefedov, determinó que “el movimiento internacional LGTB y sus filiales son extremistas” y dictaminó en consecuencia la “prohibición de sus actividades en el territorio de la Federación de Rusia”, según periodistas de la AFP.
Nefedov precisó que la decisión entraba “inmediatamente” en vigor.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, no tardó en denunciar este fallo.
“Nadie debería ser encarcelado por haber defendido los derechos humanos” ni ser “privado de sus derechos debido a su orientación sexual o su identidad de género”, señaló en un comunicado.
– El “monstruo” LGTB –
La audiencia, la primera sobre este caso, duró solamente unas horas y tuvo lugar sin abogados –ya que no existe ninguna organización con el nombre de “movimiento internacional LGTB” en Rusia– y a puerta cerrada, pues el caso estaba clasificado como “secreto”.
“Los LGTB, no son pobres gays o lesbianas contra quienes, como se nos dice, Rusia ha decidido luchar. Es un proyecto bien organizado y planificado para socavar a las sociedades tradicionales desde el interior”, aseguró en Telegram Piotr Tolstoi, vicepresidente de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso.
Un portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa, Vajtang Kishidze, citado por la agencia Ria Novosti, celebró esta prohibición como “una forma de autodefensa moral”.
“Rusia mostró una vez más que ni el Occidente colectivo, ni Estados Unidos, nos privarán de lo más importante: ¡una identidad religiosa y nacional!”, afirmó en Telegram Ajmed Dudaev, miembro del gobierno de la república rusa de Chechenia.
Personas LGTB fueron torturadas y asesinadas en secreto en Chechenia en los últimos años, según oenegés y medios independientes rusos.
El Ministerio de Justicia pidió a mediados de noviembre calificar “de organización extremista” y prohibir “el movimiento internacional LGTB”, sin especificar claramente a qué organización concreta se refería.
Cualquier actividad pública relacionada con lo que las autoridades rusas consideran como preferencias sexuales “no tradicionales” podría ahora ser sancionada por “extremismo”, un delito castigado con duras penas de prisión.
– “Completamente escondidos” –
Hasta ahora, las personas LGTB se enfrentaban a onerosas multas si eran acusadas de lo que las autoridades denominan “propaganda”, pero no a penas de cárcel.
En la última década, los derechos LGTB se vieron drásticamente limitados bajo el impulso del presidente Putin, que, junto con la Iglesia ortodoxa, asegura que quiere eliminar de la esfera pública los comportamientos considerados como desviados e importados de Occidente.
Ian Dvorkin, fundador en Rusia de la oenegé Centre T, que ayuda a las personas transgénero, huyó del país por temor a ser acusado “de extremismo” y encarcelado por haber creado esta asociación.
“Trabajar en Rusia se está volviendo muy incierto (…) Parece que aquellos [militantes LGTB] que sobrevivan, vivirán completamente escondidos”, dijo a la AFP.
Desde 2013, una ley prohíbe la “propaganda” de “relaciones sexuales no tradicionales” dirigida a menores, un texto denunciado por oenegés como un instrumento de represión homófoba.
Esta ley se amplió considerablemente a finales de 2022. Ahora prohíbe la “propaganda” LGTB para todos los públicos, en los medios, en internet, en los libros y las películas.
En julio, los diputados rusos también adoptaron una ley que toma como blanco a las personas transgénero, prohibiéndoles en especial las operaciones quirúrgicas y las terapias hormonales.