El París SG doblegó al Mónaco en un partido espectacular (5-2), que deja a los parisinos en lo alto de la tabla de Ligue 1 y con la atención puesta ya en el partido contra el Newcastle del martes en Liga de Campeones.
El duelo contra los ingleses en Liga de Campeones es el mayor desafío de la semana para el conjunto parisino, obligado a ganar si quiere multiplicar sus opciones de alcanzar los octavos de final de la máxima competición europea.
“El Mónaco es un equipo al mismo nivel que nosotros y que también aspira a ganar la liga, así que es un buen resultado”, valoró el entrenador del PSG, el español Luis Enrique. “Vamos a un partido vital contra el Newcastle y la mejor manera de hacerlo es con una victoria, más todavía ganando así”.
El resultado del viernes consolida su liderato en campeonato (30 puntos), hunde a uno de sus rivales directos (3º, 26 puntos) y asegura al conjunto parisino mantenerse en la primera posición, independientemente de lo que haga el domingo el Niza (2º, 26 puntos) en su recepción del Toulouse.
“Lo más importante fue la actitud mostrada por los jugadores después del parón internacional”, añadió Luis Enrique. “Tuvimos un día de entrenamiento de una hora para preparar este partido”.
La primera mitad del partido en el Parque de los Príncipes entre los dos equipos más goleadores de Francia fue igualada, con dos equipos alegres y técnicos, que paseaban el balón rápidamente de un lado al otro del terreno de juego.
El París SG dominó la mayoría de las secuencias ofensivas pero se vio sorprendido en numerosas ocasiones por contraataques relámpago de los monegascos, liderados por un Alexander Golovin brillante desde el inicio de la temporada.
Poco después de que Kylian Mbappé convirtiera un penal obtenido por Ousmane Dembélé (2-1, 38), el ruso estuvo cerca de devolver las tablas antes del descanso, con un pase milimétrico al espacio para Takumi Minamino, que envió su disparo al guardameta parisino (44).
– Primer gol de Dembélé –
Gianluigi Donnarumma detuvo bien ese balón, una de sus múltiples paradas de la noche. Sin embargo, el guardameta parisino cometió un grave error en la salida de balón que provocó el primer gol de los visitantes y que relanza el debate sobre el juego con los pies del italiano: al ser presionado por Folarin Balogun en el minuto 21, Donnarumma envió el balón a Minamino, que aprovechó el regalo.
Este grave error llegó cuatro minutos más tarde de otro cometido por su homólogo monegasco Philipp Kohn: en un disparo sin peligro de Ousmane Dembélé, el guardameta despejó el balón hacia Gonçalo Ramos, que no perdonó.
Pero el partido del viernes no fue un encuentro de errores, sino de talentos. Dembélé logró por fin su tan ansiado primer gol como parisino, con un delicioso control orientado que le sirvió para librarse del defensa Soungoutou Magassa y rematar a bocajarro ante Kohn (3-1, 69).
Los monegascos parecieron entonces noqueados y pagaron cara su falta de agresividad encajando un nuevo gol, tras un disparo a la escuadra de Vitinha, dos minutos más tarde. El exigente Luis Enrique, no contuvo su felicidad al celebrar con su cuerpo técnico el gol.
El Mónaco anotó un segundo tanto que no cambió el rumbo del partido, obra de Balogun (74), pero que sirvió de recordatorio a los parisinos del alto número de ocasiones que conceden, algo que pueden pagar caro en Liga de Campeones.
La victoria, reforzada por un gol final en el tiempo añadido de Randal Kolo Muani (5-2, 90+6), sirvió para poner fin a las cuatro derrotas del París SG en las tres temporadas precedentes contra el Mónaco.