Decenas de embajadores se reunieron en la sede de la ONU en Ginebra este viernes para guardar un minuto de silencio por los miles de muertos en la Franja de Gaza en la guerra entre Israel y Hamás, y para exigir el cese de la violencia.
Unos cuarenta embajadores, la mayoría de países musulmanes, firmaron un llamado conjunto para pedir a la comunidad internacional que actúe urgentemente para detener el derramamiento de sangre y la grave crisis humanitaria en la Franja de Gaza.
“Es necesario infundir humanidad y sabiduría y despertar la conciencia de la humanidad ante estas atrocidades cometidas contra civiles palestinos inocentes”, dijo el embajador egipcio Ahmed Ihab Abdelahad Gamaleldin.
“Dos millones y medio de personas no pueden considerarse incidentales o daños colaterales”, añadió.
Israel prometió “aniquilar a Hamás” en represalia por el ataque del 7 de octubre, en el que combatientes islamistas mataron a 1.400 personas, en su mayoría civiles, según las autoridades.
En la Franja de Gaza, los bombardeos israelíes han matado a más de 11.000 personas, sobre todo civiles, según el ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
El observador permanente de los palestinos para la ONU en Ginebra, Ibrahim Khraishi, insistió en que lo que se está produciendo “no es una guerra entre Israel y los combatientes de Hamás. Es un genocidio”.
Khraishi denunció el escandaloso “doble rasero” en la respuesta internacional, comparando la condena total de los países occidentales a la guerra de Rusia en Ucrania con la negativa de muchos a condenar las acciones de Israel en Gaza, especialmente por parte de Estados Unidos.
“Esto es algo de lo que la humanidad debería avergonzarse”, declaró, asegurando que las acciones de Israel están “marcando un nuevo orden mundial internacional”.