Un bombardeo que el movimiento islamista Hamás atribuyó a Israel mató el martes a por lo menos 500 personas en un hospital de Gaza, levantando una ola de indignación internacional la víspera de la llegada a la región del presidente estadounidense Joe Biden.
Según el Ministerio de Salud de Hamás, que gobierna la Franja de Gaza desde 2006, “de 200 a 500 personas” perecieron en el bombardeo llevado a cabo por “el ocupante [israelí]” contra el hospital Al Ahli Arab, en la ciudad de Gaza, y “centenas de personas se hallan bajo los escombros”.
“El hospital albergaba a centenas de enfermos y heridos, así como a personas desplazadas por la fuerza” a causa de los bombardeos israelíes, precisó el comunicado, denunciando un “crimen de guerra”.
Israel atribuyó el bombardeo al “lanzamiento fallido de un cohete” por parte de la Yihad Islámica, otra organización palestina que opera en el enclave.
Jordania, un país que tiene relaciones diplomáticas con Israel, afirmó en cambio que Israel carga con “la responsabilidad” de la tragedia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) condenó “enérgicamente” el bombardeo y refirió que “el hospital estaba en funcionamiento, con pacientes, cuidadores y personas desplazadas internamente que se refugiaban allí.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, que administra Cisjorania ocupada, declaró un duelo de tres días “en toda Palestina por las víctimas del brutal ataque aéreo israelí”.
La agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) indicó por otra parte que al menos seis personas que se habían refugiado en una de sus escuelas murieron y que decenas resultaron heridas en un ataque aéreo israelí.
Israel impuso un asedio total de Gaza y bombardea este enclave de 362 km2 y unos 2,4 millones de habitantes desde el letal ataque llevado a cabo contra su territorio el 7 de octubre por milicianos de Hamás.
En su incursión, los milicianos mataron a unas 1,400 personas y llevaron a unas 200 como rehenes a Gaza, de acuerdo con datos oficiales israelíes.
Los bombardeos de Gaza dejaron por su lado al menos 3,000 muertos, de acuerdo con el balance de las autoridades locales.
“La masacre en el Hospital Árabe al-Ahli no tiene precedentes en nuestra historia. Si bien hemos sido testigos de tragedias en guerras y días pasados, lo que ocurrió esta tarde equivale a un genocidio”, afirmó Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil de Gaza.
Se trata también del ataque con mayor número de víctimas mortales cometido hasta ahora, desde que el pasado 7 de octubre estalló la guerra entre las milicias palestinas de Gaza e Israel, que se ya acumula más de 3,000 muertos en Gaza y 1,400 fallecidos en territorio israelí.
Según fuentes locales, en el centro sanitario -una institución cristiana perteneciente a la Iglesia Anglicana- había unas 2,000 personas que se estaban refugiando de los bombardeos tras evacuar estos últimos días de sus casas, una dinámica que se ha visto en la mayor parte de hospitales de la Franja.
“La horrible masacre cometida por la ocupación sionista” sobre el hospital, “que dejó cientos de víctimas es un crimen de genocidio”, declaró Hamás en un comunicado.
Según agregó, la mayor parte de fallecidos y heridos son “familias desplazadas, pacientes, niños y mujeres” que en los últimos días se albergaban en el lugar.
Por su parte, su principal portavoz militar, Daniel Hagari, declaró a prensa israelí que por el momento se desconoce si se trató de un ataque por parte de los aviones de combate de Israel.
Hay muchos bombardeos (israelíes), muchos lanzamientos fallidos de cohetes (de las milicias palestinas) y muchos bulos difundidos por Hamás”, afirmó Hagari.
Egipto instó a Israel a “dejar de bombardear las cercanías del terminal de Rafah”, un puesto fronterizo en el sur de la Franja, para permitir el ingreso de ayuda humanitaria “lo antes posible”.