La ciudad libia de Derna, golpeada por devastadoras inundaciones, está sin internet ni líneas de teléfono este martes, después de que cientos de personas protestaran la víspera contra las autoridades a las que responsabilizan de los miles de muertos.
La tormenta Daniel golpeó Derna el domingo 10 de septiembre y provocó el colapso de dos represas. El agua de los embalses generó un caudal parecido a un maremoto que arrasó barrios enteros y arrastró a miles de personas hacia el mar.
Las inundaciones provocaron hasta 3.351 muertos, según el último balance oficial, aunque provisional, comunicado el martes por la noche.
Un grupo de manifestantes protestó el lunes delante de la Gran Mezquita de Derna para expresar su indignación a las autoridades locales y regionales por la falta de mantenimiento de las represas que tenían grietas desde 1998.
Además recriminan que la población no fue alertada del peligro.
“El pueblo quiere la caída del Parlamento”, gritaron algunos manifestantes que también corearon consignas contra el líder del legislativo, Aguila Saleh.
Libia está sumida en el caos desde la caída y muerte del dictador Muamar Gadafi en 2011 y actualmente dos gobiernos rivales se disputan el poder, uno en Trípoli, reconocido por la ONU, y otro en el este, en la zona siniestrada, que fue designado por el Parlamento.
Después de la protesta, un grupo de manifestantes se desplazó a la casa del alcalde de la ciudad y le prendieron fuego.
El servicio de teléfono está cortado en Derna este martes, una avería que según la empresa nacional de telecomunicaciones LPTIC se debe a “una ruptura de la fibra óptica” que surte a la ciudad.
La compañía dijo en su página de Facebook que la suspensión del servicio “puede ser el resultado de un acto deliberado de sabotaje”.
Los equipos de rescate siguen encontrando cadáveres y el último balance provisional registra más de 3.300 muertos, pero hay miles de desaparecidos.
Las lluvias torrenciales y la rotura de las represas dejó 891 edificios totalmente destruidos y 600 estructuras registran daños, según un informe de las autoridades hecho utilizando las imágenes satelitales.
– Un castigo colectivo –
“Hace dos años, ya hubo fugas en la gran represa cuando solo estaba medio llena. Habíamos advertido al municipio y exigido que hicieran reparaciones”, contó a la AFP Abdelqader al Omrani, un hombre de 48 años que está hospitalizado en Bengasi.
Al Omrani relató que vio pasar ante sus ojos los cuerpos sin vida de seis de sus familiares que fueron arrastrados por las aguas y afirma que miles de muertes podrían haberse evitado.
Las autoridades que no hicieron las reparaciones a tiempo “tienen nuestras muertes en su conciencia”, aseguró.
Los expertos en Libia afirmaron este martes que el apagón de comunicaciones en Derna fue deliberado y que está orientado a acallar las protestas.
Emadeddin Badi, especialista en Libia del Centro de Estudios Atlantic Council, con sede en Washington, reportó un “bloqueo mediático” en Derna.
“No tengan duda, no se trata de salud o seguridad, sino de castigar a los manifestantes en Derna”, dijo en la red social X, antes conocida como Twitter.
Tarek Megerisi, investigador del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, informó en X que hay “noticias extremadamente preocupantes” sobre Derna que todavía está tambaleándose tras las inundaciones.
“Los habitantes ahora están atemorizados de una inminente represión militar que es percibida como un castigo colectivo por las protestas”, agregó.
Estas denuncias se producen en un momento en que la ciudad sigue en un estado de emergencia y hay decenas de miles de personas que perdieron su hogar y carecen de agua potable, alimentos y suministros básicos y crecen los riesgos de epidemias, según las agencias de la ONU.
El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró ante la Asamblea General que la catástrofe en Derna es un símbolo de la “injusticia”.
“Derna es una triste instantánea del estado de nuestro mundo, con la avalancha de desigualdad, injusticia y una incapacidad para hacer frente a los retos que nos acechan”, dijo ante los jefes de gobierno reunidos en Nueva York.
“En este momento, hay cuerpos que llegan a las costas del mar Mediterráneo donde los multimillonarios toman sol en sus yates”, afirmó Guterres.