El Tour de Francia volverá a terreno llano el jueves durante la 18ª etapa, entre Moûtiers y Bourg-en-Bresse, a lo largo de un recorrido de 184,9 km que la organización quiso que fuera “lo más plana posible”, tras varias jornadas desafiantes en los Alpes.
“Hicimos todo lo posible porque fuera lo más plana posible. Pasamos por Chambéry, pasamos al lado del lago de Bourget y cortamos el monte de Chat por el túnel, para evitar el ascenso”, explica Thierry Gouvenou, director técnico de la Grande Boucle.
Había muchas opciones para añadir pequeños o grandes puertos en ese rincón de Francia. Pero, más allá de dos subidas de cuarta categoría sin dificultad, el trazado esquiva sinuosamente todas las elevaciones.
Porque se trata también, a tres días de la llegada a París, de recompensar a los esprínters que han logrado cruzar los Alpes.
“¿Será suficiente para que los esprínters lleguen a la victoria? Dependerá de sus compañeros de equipo, si son lo suficientemente fuertes para controlar las escapadas. Si es el caso, tenemos una bonita llegada a Bourg-en-Bresse para hacer el esprint”, añade Gouvenou.
Salida de Moutiers a las 11h05 GMT (lanzada a las 11h35) con llegada a Bourg-en-Bresse a las 15h42 GMT (horario calculado con una velocidad media de 45 km/h).