Debido a su salida desde Bilbao (norte de España), el Tour de Francia ataca los Pirineos desde su quinta etapa, el miércoles entre Pau y Laruns, donde Tadej Pogacar, doble ganador de la carrera, tiene buenos recuerdos.
En una edición 2023 especialmente montañosa, las dificultades comienzan pronto: en el menú del miércoles estarán el Col de Soudet (15,2 km al 7,2%, categoría especial) y Marie-Blanque (7,7 km al 8,6%, 1ª categoría), aunque la última cima estará a 18 kilómetros de la meta en Laruns.
Con 162,7 kilómetros, la etapa de Laruns “es casi la copia de la que hicimos en 2020, con la primera victoria de Pogacar”, recuerda Thierry Gouvenou, arquitecto del recorrido del Tour.
“La única diferencia es que subimos el Soudet por el lado del País Vasco, pero es igual de duro”, añade.
Una vez escalado el Soudet, “todo se jugará en la parte difícil de Marie-Blanque”. “Solo los que pelean por la general van a poder salir en este puerto, que es muy duro, especialmente los últimos tres kilómetros, con pendientes del 10/11%”, continúa el director técnico del Tour.
Pogacar recordará sin duda aquella etapa de 2020 en Laruns, en la que firmó la primera de sus nueve victorias en la Grande Boucle.
El esloveno se impuso al esprint en un grupo reducido, echándose las manos al casco por la emoción, por delante de su compatriota Primoz Roglic, al que arrebataría el maillot amarillo en la víspera de la llegada a París para ganar su primer Tour.
“Esta etapa es uno de los momentos más bonitos de mi carrera”, señaló Pogacar, al que también le gusta Pau, salida del Tour el miércoles por 74ª ocasión.
No solo porque se impuso en 2020, sino porque el año siguiente ganó en una jornada con salida en Pau y llegada en Luz-Ardiden.
La salida de la quinta etapa tendrá lugar en Pau a las 11h05 GMT (lanzada a las 11h25) y la llegada en Laruns a las 15h35 GMT (horario calculado con una velocidad media de 39 km/h).