El particular calvario que vive la 106ª edición de Giro de Italia continuó este miércoles con nuevos casos de covid y el abandono por caída del británico Tao Geoghegan Hart (Ineos), tercero en la general, en una jornada en la que ganó al esprint el alemán Pascal Ackermann (UAE).
Acostumbrados al sufrimiento y al dolor en un deporte a menudo cruel, los ciclistas tienen ración doble en este Giro. Con una climatología execrable, la carrera italiana se ha transformado en un hospital de campaña ambulante que no deja de llenarse cada día, a medida que se multiplican las caídas y las enfermedades.
Al llegar al ecuador de la carrera, 36 corredores ya han tenido que abandonar y visto el estado del pelotón, que sigue amenazado por el covid-19 y en el que numerosos corredores sufren problemas digestivos, no sería de extrañar que se bata el récord de ausencias al llegar a Roma el próximo 28 de mayo.
El equipo belga Soudal-Quick Step, que vio como Remco Evenepoel tenía que abandonar le domingo por la noche, apenas unas horas después de ganar la crono y vestirse de rosa, volvió a sufrir los estragos del coronavirus, con cuatro nuevos abandonos (Jan Hirt, Josef Cerny, Louis Vervaeke y Matteo Cattane).
Los italianos Andrea Vendrame (AG2R-Citroën) y Stefano Gandin (Corratec) también tuvieron que abandonar, aumentando a quince la lista de ciclistas que han dicho adiós a la carrera por el covid-19.
“El ambiente en el equipo está por debajo de cero. Solo nos quedan tres corredores, es realmente triste”, comentó uno de los supervivientes de la formación belga, Pieter Serry, para quien el Giro se está haciendo interminable.
Aunque en el plano deportivo, el gran damnificado del día fue otro equipo: el Ineos. A la potente formación británica todo le sonreía… hasta este miércoles. Comenzó la etapa con cinco corredores entre los once primeros de la general, entre ellos el líder Geraint Thomas. Y a punto estuvo de perderlo todo en una jornada aparentemente sin historia.
– Evacuado en ambulancia –
A 68 km para la meta en Tortona, el italiano del UAE Alessandro Covi se fue al suelo por la carretera mojada por la lluvia y se llevó en su caída a la mitad del equipo Ineos, con Geraint Thomas, así como al esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma).
La ‘maglia’ rosa y el principal aspirante a la victoria en Roma tras la retirada de Evenepoel pudieron reanudar la marcha sin aparentes daños físicos, pero no fue el caso de Tao Geoghegan Hart (que estaba a cinco segundos de Thomas en la general), quedó tirado en el suelo, antes de ser subido a una camilla y tener que ser evacuado en ambulancia.
“(Tao) estaba justo por detrás de él (de Covi) y se ha llevado a todo el mundo, pero no es su culpa”, explicó Thomas. “Yo he tenido suerte, caí sobre él. Pero Tao se ha hecho mucho daño. Solo espero que no tenga nada roto. Es una gran pérdida para nosotros. Estaba en gran forma y era nuestra arma secreta”.
Unos kilómetros más tarde, fue el español Óscar Rodríguez, del Movistar, el que abandonó tras chocarse contra un poste, en el enésimo accidente de este Giro.
El abandono de Geoghegan Hart, el único ganador del Giro que quedaba en carrera, es un golpe duro para el Ineos y para Thomas, quienes pensaban en la fortaleza del equipo para derrotar a Roglic.
Tanto más cuando el ruso Pavel Sivakov (8º en la general al comienzo del día) también se vio implicado en la caída y perdió muchos minutos.
Entre tanta desgracia hubo un hombre feliz este miércoles: Pascal Ackerman. El velocista se impuso en un apretado esprint de un grupo reducido al italiano Jonathan Milan (Bahrain) y al británico Mark Cavendish (Astana).
“Ha sido muy justo, pero estoy tan, tan feliz”, declaró el vencedor del día.
Mientras festejaba en el podio, el resto del pelotón estaba más preocupado por curarse las heridas y rezar para que el covid pase de largo.
“Y pensar que aún no hemos afrontado la montaña…”, suspiraba el australiano Sinom Clarke.