¿Donald Trump está solo en Nueva York? Ningún seguidor había acudido a darle su apoyo ante la Fiscalía del Distrito de Manhattan que ha imputado penalmente por primera vez en la historia a un expresidente, por el caso de un pago en negro a una estrella del porno para comprar su silencio.
“Realmente ya es hora de que empecemos a buscar lo que tenemos en común y lo que nos traiga más paz para el mundo y para Estados Unidos”, dice Mary Fish en las inmediaciones de la Fiscalía que dirige Alvin Bragg, blindada por decenas de policías en máxima alerta, y la acera de enfrente, tomada por cámaras de televisión de medio mundo.
“Todo el mundo está atrapado en los pequeños detalles” y menos en una “foto amplia”, asegura esta quincuagenaria a quien le gustaría que la gente pensara más en un “país unido, que nuestros hijos estén seguros y nuestro dinero también” que en divisiones políticas. “No se trata de una persona, son los valores”, concluye.
El expresidente, el primer mandatario del país que tendrá que someterse a un juicio penal, comparecerá el martes ante un juez que le leerá sus derechos y los cargos que se le imputan. Como cualquier otro acusado, le tomarán sus huellas dactilares y las fotos de rigor para la ficha policial.
Según la prensa, podría ser juzgado en la misma corte que el otrora poderoso productor de cine Harvey Weinstein, condenado por violación.
– “Vergüenza” –
Pero para Susan -no quiso dar su apellido-, abogada de 60 años y votante del multimillonario, no tanto por su personalidad sino por su accionar, la imputación de Trump tiene una “motivación política”. Y esto le “avergüenza” porque equipara al sistema judicial estadounidense con el de otros países con “sistemas judiciales politizados”.
El dueño del vehículo de comida rápida apostado en una esquina frente al edificio de la fiscalía, que cada día llega a las 3 de la madrugada para calentar el agua de los tés y cafés que sirve para el desayuno de muchos transeúntes con prisa, se queja que de que tanto revuelo no se refleja en su negocio.
“Vendo incluso menos”, dice este hombre que no quiso dar su nombre mostrando estanterías medio llenas de comida y plátanos demasiado maduros a punto de echarse a perder,
– “Cabeza agachada” –
Tras escuchar la noche anterior las noticias que irrumpieron como una bomba en los medios estadounidenses de que un gran jurado votó a favor de la imputación del expresidente (2017-2021), abriendo el camino para que el fiscal Bragg lo inculpara formalmente, tres amigos de San Sebastián (norte de España) se dieron cita para echar un vistazo al ambiente frente a la Fiscalía, antes de empezar una visita guiada por el barrio chino donde está situada.
“Se nos hace extraño”, dice Pilar Baños, de 72 años. “El hecho de que le metan en el coche con la cabeza agachada le da protagonismo y votos porque a mucha gente le parece una injusticia”, asegura a la AFP.
Aunque los cargos están todavía sellados, Trump está acusado por el caso de un pago de 130.000 dólares en efectivo a una actriz porno para comprar su silencio durante la campaña presidencial de 2016, por una relación que habrían mantenido diez años antes y que el expresidente siempre ha negado.
En plena campaña de las primarias del Partido Republicano con vistas a volver a la Casa Blanca en los comicios de 2024, el magnate denuncia una “caza de brujas” y la instrumentalización de la justicia por los demócratas.
Mientras tanto, frente a la suntuosa Torre Trump que se erige en la 5ª Avenida de Nueva York, una ciudad que suele votar demócrata, una docena de personas se congregaron con pancartas para pedir la “detención” del magnate. “Nadie está por encima de la ley”, aseguran sus detractores.