Un tribunal de Moscú comenzó a juzgar a puertas cerradas al opositor ruso Vladimir Kara Murza, que se enfrenta a una pena de hasta 20 años por traición, en un nuevo ejemplo de la represión contra los críticos del Kremlin.
Las autoridades rusas han intensificado la persecución de los opositores del presidente ruso Vladimir Putin desde el lanzamiento de su operación militar en Ucrania, y el caso de Kara Mourza, de 41 años, es uno de los más emblemáticos.
Está acusado de traición por criticar a las autoridades rusas en apariciones públicas en el extranjero, declaró su abogado a la agencia estatal rusa de noticias Tass.
“Como es un auténtico patriota ruso, se le acusa de alta traición por su incansable lucha por una Rusia sin Putin”, escribió en Twitter su esposa, Yevguenia.
El opositor, en prisión preventiva desde abril de 2022, se enfrenta además a otros cargos, que también conllevan duras penas de cárcel, por difundir según la fiscalía “información falsa” sobre el ejército ruso y participar en actividades de organizaciones consideradas “indeseables”.
Kara Mourza es opositor a Putin desde hace años y estuvo a punto de morir tras ser supuestamente envenenado en dos ocasiones, en 2015 y 2017, dos intentos de asesinato de los que culpa al régimen ruso.
Ahora está acusado por difundir “información falsa” sobre el ejército después de que en marzo de 2022 pronunciara un discurso ante legisladores estadounidenses en Arizona, durante el cual había criticado la ofensiva rusa en Ucrania.
Además, desde agosto de 2022, está acusado de colaborar con una “organización indeseable”, delito también castigado con penas de cárcel, por organizar una conferencia de apoyo a los presos políticos en Rusia.
En octubre, las autoridades abrieron una tercera causa contra Kara Mourza, que también tienen nacionalidad británica, por “traición”, el más grave de los cargos.