*** Con asistencia técnica, participación comunitaria y herramientas
*** 700 mujeres que antes no tenían una fuente de alimentos e ingresos para sus familias, ahora afrontan este reto.
*** Con actividades productivas y oportunidades mejoran medios de vida del pueblo Misquito.
*** Las mujeres indígenas están comprometidas con la tierra y sus recursos.
“La yuca se volvió en un alimento indispensable en nuestra mesa, antes no sembraba mucho por falta de conocimiento, no sabia por dónde iniciar, cuenta Alnora Casy, productora de la comunidad de Rumdin, de La Mosquitia.
Alnora Casy, representa a los pueblos indígenas de La Mosquitia, que han tenido limitado acceso a programas de desarrollo social y económico, lo que ha profundizado el deterioro en sus condiciones de vida, a esto, se suma el poco acceso a innovaciones tecnológicas, a financiamiento, mercados y compradores lo que genera pérdidas de ingreso.
Para incrementarles sus niveles de producción y hacer frente a su demanda de alimentos, optimizar sus ingresos y obtener seguridad que les permita mejorar su vida, es necesario facilitarles las herramientas de conocimiento y financiamiento.
¡LO SABÍAS?
¿Sabías que existe una estrecha relación entre cambio climático y género? Las mujeres indígenas con las que se trabajan en Honduras, son cada vez más resilientes al cambio climático a través del trabajo que realizan con sus huertos familiares. Solo así están consiguiendo moldear su propio destino.
Desde agosto de 2020 se ejecuta el proyecto Yamni Iwanka (el buen vivir), por la Fundación Ayuda en Acción y el cual busca mejorar los medios de vida de mil ochocientos pobladores de La Mosquitia, a través del fortalecimiento de las capacidades productivas de las comunidades en los territorios de KATAINASTA, AUHYA YARI, BAMIASTA y FINZMOS, en el departamento de Gracias a Dios.
El propósito es contribuir al desarrollo, diversificación y fortalecimiento de la producción sostenible de alimentos y medios de vida de los pueblos indígenas. También fortalece los métodos de cultivo de la producción agrícola, apoya la crianza de aves de corral, y financia la compra de herramientas y equipos para prácticas pesqueras, agroforestería y otras actividades de producción sostenible.
Alnora Casi, afirma que “las herramientas y las capacitaciones brindadas por el proyecto Yamni Iwanka nos ha servido de mucho, además ya tenemos semillas y nos enseñaron a hacer surcos, necesarios para que la tierra no se inunde, aquí tenemos que ser precavidas con eso”.
A través del proyecto Yamni Iwanka, las mujeres indígenas construyen huertos que generan alimentos para sus familias. Pero además, los comercializan para lograr una independencia económica con la generación de ingresos. Pero la cosa va mucho más allá: gracias a estos huertos, estas mujeres indígenas van ganando en empoderamiento e igualdad en sus propias comunidades.
La sostenibilidad ambiental con mirada de mujer
“Necesitamos cultivar más para asegurar alimentos en los tiempos de sequía y lluvias”, cuenta Cansia Wilban desde su casa de El Salto, en el corazón de La Mosquitia. Cansia Wilban es productora de un huerto familiar y presidenta del consejo comunal. Actualmente en su comunidad con la asistencia del programa Ayuda en Acción trabajan 25 familias que tienen un huerto familiar, donde están sembrando legumbres y vegetales.
Ejecución y financiamiento
El proyecto es ejecutado a tres años y financiado por una donación de US$ 2,72 millones del Gobierno de Japón a través de su programa JSDF y administrado por el Banco Mundial (BM).
La frase
“El proyecto Yamni Iwanka coloca a la población indígena misquita como participantes activos de su propio bienestar donde el empoderamiento surja y haga más fuerte sus iniciativas de vida”, manifestó Roberto Bussi, Director de Ayuda en Acción en Honduras.