Microplásticos se han encontrado en lugares recónditos del planeta, como el Círculo Polar Ártico o el Everest, pero también en el estómago de tiburones o pingüinos y en heces humanas y placenta. Ahora, un estudio demuestra por primera vez que también pueden hallarse en el torrente sanguíneo de seres humanos.
Las responsables de este trabajo son las investigadoras Heather Leslie y Marja Lamoree, quienes constatan que minúsculos trozos de plástico provenientes de nuestro entorno vital pueden ser absorbidos por el torrente sanguíneo humano.
Las responsables de este trabajo son las investigadoras Heather Leslie y Marja
Los resultados forman parte del proyecto Immunoplast y se publican en la revista científica Environment International.
Para llegar a sus conclusiones, el equipo investigador desarrolló un método analítico para establecer el nivel de trazas de partículas micro y nanoplásticas en la sangre humana.
El método se aplicó a la sangre de 22 donantes anónimos y se examinó para detectar la presencia de cinco polímeros diferentes, los componentes básicos del plástico. También se determinó el grado de presencia de cada uno de los polímeros en la sangre.