Una nueva tumba, probablemente la de una esposa real de la XVIII dinastía, la de Akenatón y Tutankamón hace casi 3.500 años, fue descubierta en Luxor, la Tebas de los faraones, anunciaron el sábado las autoridades egipcias.
Esta tumba real fue descubierta por investigadores egipcios y británicos en la orilla occidental del Nilo, donde se encuentran los famosos valles de reyes y reinas, y las excavaciones continúan, explicó Mostafa Waziri, jefe de las antigüedades egipcias, en un comunicado.
“Los primeros elementos descubiertos hasta ahora dentro de la tumba parecen indicar que data de la XVIII dinastía”, considerada como el apogeo y el período más próspero del Antiguo Egipto, indicó.
Para Piers Litherland, de la universidad de Cambridge -que dirige el equipo de investigadores británicos de esta misión-, “esta tumba podría ser la de una esposa real o de una princesa del linaje de los Tutmosis, de las que muy pocas han salido a la luz”.
El interior de esta tumba está “en mal estado”, con “numerosas construcciones e inscripciones destruidas por las inundaciones de la Antigüedad, que llenaron las cámaras mortuorias de sedimentos arenosos y calcáreos”, añadió el arqueólogo egipcio Mohsen Kamel, también citado en el comunicado.
Egipto ha informado en los últimos meses de varios descubrimientos importantes, principalmente en la necrópolis de Saqqara, al sur de El Cairo.
El país, de 104 millones de habitantes y en medio de una grave crisis económica, cuenta con estos anuncios para reactivar el turismo, golpeado de lleno por la pandemia de covid-19. Este sector, que da trabajo a dos millones de personas y genera más del 10% del PIB, está en declive desde la Primavera Árabe, en 2011.