El rey emérito Juan Carlos reclama el martes inmunidad legal en Inglaterra hasta su abdicación en 2014, intentando mitigar una demanda por acoso presentada por su examante, en un caso enturbiado por la publicación de un polémico podcast sobre su romance.
Tres jueces del Tribunal de Apelación de Londres escucharán durante todo el día a los abogados del exmonarca español, de 84 años, y de la empresaria germano-danesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 58 años, con quien mantuvo una relación entre 2004 y 2009.
Los magistrados tardarán sin embargo varias semanas en pronunciarse.
Denunciando ocho años de amenazas, intrusiones, seguimiento, pirateo y difamación, la empresaria –divorciada de un príncipe alemán y también conocida por su apellido de soltera Larsen– presentó en octubre de 2020 una demanda civil por acoso en Londres, donde vive.
Asegura que Juan Carlos la hostigó desde 2012 buscando recuperar regalos, obras de arte, joyas y obsequios financieros por valor de 65 millones de euros (un monto similar en dólares).
Reclama una indemnización por daños psicológicos y medidas de alejamiento. No hay riesgo de cárcel o extradición al padre del actual rey Felipe VI.
– Corinna Larsen ausente –
Juan Carlos, que desde agosto de 2020 vive exiliado en los Emiratos Árabes Unidos, niega las acusaciones. Hasta ahora no ha comparecido a ninguna de las vistas en Londres y tampoco lo hizo el martes.
Contrariamente a su costumbre, también estuvo ausente esta vez Sayn-Wittgenstein.
El equipo jurídico del rey emérito defiende desde 2021 que, en virtud de la ley británica de inmunidad del Estado de 1978, no puede ser juzgado por tribunales ingleses.
En marzo, un juez de la Alta Corte de Londres le denegó dicha inmunidad, argumentando que tras su abdicación en junio de 2014 dejó de ser miembro de la casa real, e incluso antes sus presuntos actos de acoso no se beneficiarían de dicha protección.
Pero el Tribunal de Apelación accedió a reexaminar la cuestión, aunque únicamente mientras fue rey y en caso de que actuase como tal.
“La inmunidad es un obstáculo procesal, no tiene en absoluto en cuenta la legalidad o la moralidad de la conducta aludida”, defendió el martes el abogado británico de Juan Carlos, Tim Otty, en el inicio de la vista. “La conducta sigue siendo imputable al Estado aunque el agente del Estado actúe con abuso de poder”, agregó.
Los jueces deberán decidir, entre otras cosas, si al solicitar al general Félix Sanz Roldán –director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)– que visitara a Sayn-Wittgenstein en Londres en 2012, cuando ella afirma que la amenazó, Juan Carlos lo hizo como jefe de Estado recurriendo al jefe del espionaje español, o como favor privado entre amigos.
Desde entonces los abogados de Sayn-Wittgenstein modificaron la demanda, eliminando toda referencia al CNI para dar a entender que ambos actuaron de forma privada.
Otty fustigó que se “borrasen todas esas referencias” cuando “se hizo evidente la implicación de inmunidad en esa acusación”.
– Polémico pódcast –
El caso se vio enturbiado por la publicación el lunes de dos episodios de un pódcast titulado “Corinna y el Rey”, cuyas siguientes entregas aparecerán semanalmente hasta mediados de diciembre.
En él, los periodistas londinenses Bradley Hope y Tom Wright trazan su romance y cómo al venirse abajo “abrió la ventana a un mundo peligroso y lleno de codicia, corrupción y crimen”.
“Imagina que la persona que dice amar a tus hijos y que eres el amor de su vida te involucra en una investigación criminal”, afirma en su inicio Corinna en referencia a las investigaciones abiertas por la fiscalía española sobre el origen de la fortuna del exrey, finalmente archivadas alegando su inviolabilidad mientras fue jefe de Estado.
Un avance a la prensa la semana pasada causó polémica en España.
Hope y Wright salieron a defender “una producción independiente” cuyo contenido “no tiene ninguna relación contractual con Corinna zu Sayn-Wittengenstein”, quien en “ningún momento” supervisó sus contenidos.
E insistieron en un comunicado que su fecha de lanzamiento es ajena a la causa judicial.
Paralizada hasta que se resuelva el recurso sobre la inmunidad, la demanda por acoso podrá proseguir después, dado que el rey emérito no fue autorizado a reclamar inviolabilidad a partir de su abdicación.
Nombrado jefe de Estado en 1975, Juan Carlos I fue muy respetado durante décadas por haber permitido el retorno de la democracia a España tras la dictadura franquista. Pero una multiplicación de escándalos a partir de 2012, incluida la relación con Corinna Larsen, derrumbaron su imagen.