Olanchanos reaccionaron alarmados por la denominada “Ley del plomo” de parte de sujetos fuertemente armados que han perpetrado crímenes en diferentes sectores de este departamento, caracterizado por su gente trabajadora, que provee alimentos y granos básicos a nivel nacional.
En un caso más reciente, los jóvenes Lisandro Cálix y Dagoberto López murieron acribillados a balazos en el barrio 7 de Mayo, en el municipio de Santa María del Real. Una tercera persona fue trasladada herida hacia un centro asistencial de Catacamas.
Se reportó, además, el crimen contra Osman Yaseru Fúnez Mercado (36) en un sector de la aldea El Plomo, en la ciudad de Juticalpa. Familiares trasladaron el cuerpo sin vida hacia su casa en el sector de Guayabillas, Juticalpa, Olancho.
Horas antes, en pleno centro de Catacamas, se reportó la muerte violenta de un motociclista identificado como Kenio Barahona, residente en el barrio El Hatillo donde laboraba en su microempresa de mosaicos y ladrillos.
Según relato de testigos, Barahona fue perseguido por un hombre en motocicleta el cual le aventó “plomo” hasta matarlo.
Mientras, en la comunidad El Cedral de Jutiquile, agentes policiales hallaron sin vida a Germán Romualdo Martínez Peralta (34), con el mote de “El Cantante”. El cuerpo de Martínez Peralta fue trasladado hasta la morgue del Ministerio Público (MP) en Tegucigalpa. En otro de los sucesos, los hermanos José Eduardo (30) y Dagoberto González Rubí (26), murieron ultimados a balazos por desconocidos en la comunidad El Ocotillal en Dulce Nombre de Culmí. Hasta la tarde de ayer la Policía desconocía la identidad de los homicidas.