El partido del ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y sus aliados religiosos y de ultraderecha se perfilan como ganadores de las elecciones legislativas, aunque deberán aguardar a los resultados finales para saber si obtienen una ajustada mayoría.
“Estamos cerca de una gran victoria”, dijo el dirigente del partido de derecha Likud a sus seguidores reunidos en Jerusalén, aunque matizó que había que “esperar los resultados definitivos”.
De acuerdo con los sondeos a pie de urna, el Likud obtuvo entre 30 y 31 escaños de los 120 de la Kneset (parlamento), contra entre 22 y 24 del centrista Yesh Atid del primer ministro saliente, Yair Lapid.
Con el aporte de sus aliados -el partido de extrema derecha Sionismo Religioso y dos formaciones judías ultraortodoxas- Netanyahu aspira a lograr una mayoría absoluta de 61 o 62 escaños.
“Si los resultados son coincidentes con los sondeos de esta noche, formaré un gobierno nacional para todos los ciudadanos de Israel”, añadió Netanyahu, el primer ministro que más años ha estado al frente del Gobierno del país (1996-1999 y 2009-2021).
Estas proyecciones pueden sin embargo modificarse a medida que avanza el escrutinio oficial y alterar drásticamente el resultado final, como ya sucedió en otras ocasiones en Israel.
“Hasta que no se cuente la última papeleta de voto, nada está decidido. Esperaremos pacientemente, incluso si no tenemos paciencia, los resultados finales”, dijo Lapid a sus seguidores reunidos en Tel Aviv.
Sin embargo, el ministro de Justicia de su gobierno y miembro escindido del Likud, Gideon Saar, advirtió que Israel se dirige hacia una “coalición de extremistas” liderada por Netanyahu.
– Incertidumbre –
“La mayoría de la población quiere que la derecha esté en el poder, la derecha es mayoritaria en Israel”, dijo Yossef Wiezman, un elector de 22 años, en un mitin del Likud donde la multitud gritaba “Bibi hozer” (Bibi vuelve), en referencia al apodo de Netanyahu.
“La gente quiere andar con seguridad por las calles, que nuestros soldados y policías no estén atados de pies y manos”, dijo Itamar Ben Gvir, uno de los líderes de Sionismo Religioso, que defiende usar la fuerza contra los palestinos en Jerusalén-Este y en Cisjordania ocupada.
De su parte, el primer ministro palestino Mohammed Shtayyeh afirmó que “el ascenso de los partidos de extrema derecha religiosa (…) es el resultado del creciente extremismo y racismo en la sociedad israelí”.
En el sistema proporcional de Israel, las listas electorales deben obtener al menos el 3,25% de los votos para acceder al Parlamento con un mínimo de cuatro escaños.
Esto pone en riesgo la representatividad de las formaciones árabes israelíes, que en 2020 se presentaron bajo una sola lista y obtuvieron un resultado récord de 15 escaños.
Pero esta vez se presentan dispersos en tres candidaturas: Raam (islamista moderado), Hadash-Taal (laico) y Balad (nacionalista).
Según los sondeos a boca de urna, los partidos Raam y Hadash-Taal superarían el umbral del 3,25%, mientras que la formación Balad se acercaría. Si lo alcanza, restaría escaños al “bloque de derechas” de Netanyahu.
“Confiamos en alcanzar este umbral”, dijo Balad en un comunicado, afirmando haber visto un aumento de la participación de los votantes árabes en las últimas horas antes del cierre de las urnas.
Yohanan Plesner, director del Instituto Democrático de Israel, un centro de análisis de Jerusalén, advirtió a AFP que “ha habido discrepancias entre estos sondeos y los resultados reales en los últimos ciclos electorales”.
– Fuerte participación –
Los israelíes acudieron a votar masivamente en las quintas elecciones legislativas celebradas en el país en menos de cuatro años, con un Netanyahu determinado a volver al poder, pese a ser juzgado por corrupción.
La clase política multiplicó los llamamientos a los 6,8 millones de electores inscritos a votar, lo que parece haber dado sus frutos con una participación del 71,3%, la más alta desde 2015, según la comisión electoral.
Frente al “bloque de derechas” de Netanyahu, Yair Lapid, de 58 años y primer ministro desde julio, intentó convencer a los electores de mantener el rumbo de los últimos meses.
Su “coalición del cambio” echó a Netanyahu del poder en junio de 2021, pero un año después perdió su mayoría en la cámara por la salida de diputados de derecha, lo que provocó elecciones anticipadas.
La votación ocurre en un contexto de tensión en Cisjordania ocupada, tras una serie de ataques antiisraelíes de palestinos sobre todo en primavera, y más de 2.000 operaciones militares israelíes desde entonces en ese territorio palestino ocupado desde 1967.
Estas operaciones causaron más de 120 muertos del lado palestino, el peor balance en siete años.